sábado, 24 de diciembre de 2011

Bolivia

País rico en minerales, en paisajes impresionantes, lugares inhóspitos y deshabitados, de altiplanos, de selva, de grandes y caóticas ciudades. Costumbres lejanas en el tiempo, la vida en Bolivia no habrá cambiado mucho en los últimos doscientos años. Lugares que no te dejan indiferente. Seguramente ciertas panorámicas no se asemejan a nada parecido que en tu vida hayas visitado. Pobre en lo que viene siendo la plata, la guita, la pasta. Con pocos euros aquí puedes vivir mucho tiempo.
Hacia el mercadillo de Tarabuco
Bolivia tiene la ciudad más alta del mundo a 4100m (Potosí), y muchas de las ciudades rondan esa altura. Las condiciones de vida aquí son muy duras, a tanta altitud lo que más abunda es el frío, y no hay calefacción en las casas, por lo que el invierno debe ser durísimo. Así que duras condiciones climatológicas y falta de medios en muchos apartados. La gente, por cierto, muy humilde, sencilla y muy buen corazón, eso sí, no es la población más abierta del mundo precisamente. Es difícil salir de tu rol de gringo, si quieres conocer a alguien de verdad tendrás que currártelo.

Aduana boliviana, frontera con Chile
Entramos en Bolivia por su frontera con Chile desde San Pedro de Atacama. Se oyen siempre historias de los viajeros sobre Bolivia, de que Bolivia no tiene nada que ver con lo que has vivido o viajado hasta el momento, de que todo es diferente, de que cada cosa que haces es una aventura. Historias que te cuenta la gente. Así que entramos al país entre flipados y acojonados por lo que nos pudiera pasar. Al ver la aduana ya te das cuenta de que aquí todo es diferente.



Los primeros días en Bolivia, un recorrido en 4x4 por las montañas y el desierto del altiplano suroeste boliviano hasta llegar al tercer día al salar de Uyuni. De nuestra compañía eran 3 coches.
Nuestro conductor era un tipo serio, profesional, puntual y responsable. Vamos, nada que ver con los otros dos conductores. Al segundo día, había que salir a las 8am. Nosotros salimos a la hora y nuestro conductor fue a buscar a los otros dos. Estaban en otra casa, borrachos.
Termas a 4800m
De hecho, ahí seguían bebiendo después de toda la noche. Uno de ellos estaba muy borracho. Aún así pretendía conducir. Y así fue. Empezó conduciendo un rato hasta que los que iban en su coche se negaron a que siguieran conduciendo, impresionados además de que el tipo siguiera bebiendo. Total, que no le dejaron conducir más y dos de ellos tuvieron que ponerse al volante hasta el siguiente destino mientras el conductor y guía dormía en el asiento del copiloto. Hicieron un vídeo con uno de ellos conduciendo por el desierto del altiplano y el boliviano durmiendo la mona al lado, no tiene desperdicio. Llegaron sanos y salvos al destino, y días más tarde denunciaron la situación a la compañía, obviamente. Una aventura.
El lago colorado
El árbol de piedra

Otra aventura la puedes tener cuando quieras. Sólo tienes que coger un bus. Nunca sabes muy bien lo que va a pasar, ni cuándo vas a llegar, ni cuánto frío vas a pasar. Así que mejor ve preparado para todo que nunca se sabe. Los caminos muchas veces no están asfaltados, y mirar por la ventana a veces da un miedo de flipar porque sólo ves un precipicio de quizá 500 metros mientras subes una montaña y vas botando con las piedras que hay en el terreno. No apto para gente con vértigo.


Isla Incahuasi en Salar de Uyuni 
Making-off en salar de Uyuni









Sucre
Después de unos días en Sucre, donde los edificios se parecen a los de algunas ciudades españolas, Toledo decían por ahí, llegamos a La Paz, inmensa ciudad donde nunca ves el final. Es enorme, desde lo alto de sus colinas sólo ves casas y más casas. Bueno, las zonas altas son las más desfavorecidas.
Me dijo una amiga boliviana que los españoles no éramos muy bienvenidos (aunque yo la verdad es que no tuve mal avenido en ningún momento), no sólo por el pasado sino porque tienen un presente muy complicado y aún se seguían aprovechando de la situación. Decía que los bolivianos tienen muy difícil su entrada a la unión europea, incluída España, más aún que sus vecinos peruanos o cualquier otro.


Death road
Museo de la coca
Algo bastante típico cuando estás en la Paz es hacer el descenso del Death Road en bici. Desde 4700 metros de altitud empiezas a bajar hasta llegar a la selva a 1000 metros. Con el 96% del recorrido de bajada, pasas por la mítica carretera de la muerte donde muchísimos coches, camiones y autobuses se han despeñado por sus enormes acantilados.


Me aventuré en probar la altitud aún un poco más. En probarlo a lo grande. El Huayna Potosí, un pico a 6088m. Una aventurilla de tres días en las montañas de la cordillera Real. Se puede hacer en dos, pero con tres tienes un día más para aclimatar.
Huayna Potosí al fondo(6088m),desde el campo base(4700m)
El primer día duermes en el base camp a 4700 metros mientras practicas un poco de escalada en hielo. El segundo día duermes a 5150 metros en un refugio y ese mismo día, te levantas a las 12 de la noche para empezar a andar a la 1 para hacer cumbre. Bueno, hay que decir que en Bolivia estamos en época de lluvias y nos hizo un tiempo de mierda los tres días, aunque por las mañanas se abre un poco el cielo. El caso es que te pones a andar a la noche, y hasta los 5500 metros vas a un ritmo muy lento.
Amaneciendo a unos 5600m
A esa altura ya tengo un dolor majo de cabeza, pero nada de cansancio físico. Me tomo una segunda aspirina, a unas dos horas y media de la primera. Y mientras, a tope con hojas de coca. La coca es un estimulante que te hace sentir menos la altura, que te hace sentir menos el esfuerzo y te espabila. Encordados mi compañero australiano, el boliviano y yo seguimos a la cumbre. A 5700m después de escalar un par de paredes en lo que tendría que ser hielo pero era nieve, de baja dificultad, hacemos otra parada. El boliviano dice que estamos a mitad de camino, y yo no lo podía creer. Más bien, no quería. El cansancio se nota en cada paso. A 5800m me preocupo un poco. Mi cabeza está algo dispersa, no puedo concentrarme bien. Y además, hablando con el australiano, me dice que es mejor el paracetamol que la aspirina porque no tiene riesgo de edema cerebral. Total, que me da un pelín de paranoia porque yo me había tomado dos aspirinas en poco tiempo. Totalmente sugestionado, veo que no debo llegar a la cima, si sigo subiendo lo mismo me pasa algo en la cabeza. Te empiezan a venir a la cabeza historias de películas, libros, anécdotas de montaña, edema cerebral, pienso que si sigo voy a empezar a alucinar y a divagar.

Decido seguir subiendo, qué cojones, que no es para tanto, Patxi. Además, después de un descanso todo parece más bonito. Hasta que te pones a andar otra vez. Joder, cómo cuesta! Estás más cansado que en toda tu vida, estás hecho un viejo de 90 años! Pero eso sí, no me pasaba nada en la cabeza fuera de lo normal. Llegamos a los 6000 con más pena que gloria. Hacíamos todo tipo de ruidos por nuestras bocas, gemidos y lamentos, el australiano no paraba de hiperventilarse, decía que eso en la altura era bueno, eso sí, parecía un perro en celo. A los 6000m hay un descanso, y luego, la cresta de la montaña para llegar a la cima, a 6088m. Por aquí hay gente que no puede subir por el vértigo. No era difícil, pero hay que escalar un poquitín y clavar bien el piolet y los crampones en la nieve (que seguía sin ser hielo). A poco que subes ya ves todas las montañas de alrededor, en todo lo alto, se ve hasta el lago Titicaca que está a tomar por culo, pero ahí lo ves. Apenas te cuesta llegar a la cumbre cuando estás tan cerca.
A 6088m
Te abrazas a tu compañero y te alegras tanto que casi se te escapan las lágrimas (y sin casi, con todo lo que te ha costado!). En fin, una pasada la experiencia.






Inca a un español (con cariño)


Por último, desde Copacabana, el lago Titicaca, que es mitad de Bolivia, mitad de Peru. Dicen los bolivianos que la mitad boliviana es el Titi. Antigua población inca, las vírgenes entregadas al dios Sol, de ahí su nombre.
Isla del sol, lago Titicaca


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Chile


Creo que si tuviera que vivir en algún país de los que estoy visitando sería Chile. Santiago es muy acogedora, ciudad de oportunidades y prosperidad. Mucha actividad cultural, plazas con encanto, barrios variopintos, vida nocturna..., es fácil sentirte a gusto aquí, aunque también hay que decir que con todo lo que tiene una gran ciudad: coches, contaminación y mucha gente. Además, tiene bastantes similitudes a Madrid -claro que hay que decir, y que siempre digo yo, es que Madrid es la mejor ciudad para vivir. Buenos Aires también está muy bien, pero el tráfico es un auténtico caos y supera los límites de contaminación que puedo aguantar, que no es poco-. Vamos, Santiago es perfecto para vivir, insisto, si te gusta vivir en una gran ciudad.

Perra en celo perseguida por perros, pidiendo ayuda
Por contra, hay un aspecto de Chile que te sorprende sobremanera, y que quiero comentar un poco: La cantidad de perros callejeros que hay. Ves perros por todas partes, en la ciudad, en el campo, en las carreteras, pueblos,...Desde luego, no sólo es un problema con el que la gente está acostumbrada a vivir, sino que no parece que vaya a cambiar. En Argentina también pasa, pero en menor medida. En Bolivia y Perú por supuesto que también, pero tienen problemas muchos más graves y prioritarios antes de ocuparse de esto, además de otra filosofía para con la Pachamama, en estos países te llega a parecer una situación normal. El caso es que Chile tiene medios para solventar esto. Y de hecho, ya lo intentó en el pasado, donde se creó una asociación protectora de animales. Esta gente acabó siendo la asociación maltratadora de animales porque acabaron matando a los perros mientras por cada uno recibían un dinero de ayuda como subvención del estado. Así que, una vez que se supo que, en realidad, lo que estaban haciendo era recoger a los perros de la calle para llevarlos al matadero se les cerró el chiringuito y ahí quedó el tema. Ahora lo que sigue pasando es que ves perros allá donde vayas. Además, la gente que quiere perros en su casa los compra de raza, nadie quiere chuchos, y menos de la calle. Con lo cual, es un problema que sólo tiende a crecer. Los perros en la calle se reproducen y dan lugar a más problemas. A parte de que la vida que llevan es tan dura que les hace ser increíblemente mansos, algunos asustadizos, pero la mayoría sólo quieren un poco de cariño y algo de comer, claro. Que por cierto, es curioso que por la noche es cuando los perros están más despiertos, buscando comida entre las basuras mientras por el día duermen, una buena carretera con asfalto caliente puede ser un buen lugar.
Otra cosa que me llamó la atención de los perros callejeros es que saben cruzar las calles. Se posicionan en la acera, miran hacia el lado de donde vienen los coches, esperan a que pase el coche o los coches y luego cruzan ellos. ¡Acojonante! En realidad, parece que existe una perfecta comunicación entre conductores y perros. Algunos de los perros viven en las cunetas! Aunque me parezca increíble no haber visto atropellos, no significa que no ocurran.
Conocí a un chico que iba a emprender otro intento de salvar a los perros de la calle montando una asociación. Iba a empezar en Santiago, recibiendo dinero y ayuda de la municipalidad. Y es que no se puede ser del primer mundo con esta situación. Un país que parece que lo es, que por supuesto tiene otros muchos y más importantes problemas, puede solucionar esto. Además, el perro se lo merece todo! El mejor amigo del hombre no puede estar viviendo así, necesitan el cariño del humano a diferencia de otros animales. (amantes de los gatos, el perro es mejor compañía y lo sabéis ;-) y los gatos no necesitan la compañía del humano y se adaptan mejor al medio).

Metro de Santiago
Por lo demás, muy buena gente en Chile, gente abierta, muy buena onda. Aunque, como ya he dicho otras veces, muchas veces te juntas con viajeros como tú, al final estás inevitablemente en guirilandia. Y hablando inglés, no queda otra. La fauna que más abunda: australianos, alemanes, ingleses y franceses. Brasileiros menos exóticos debido a su cercanía.
Santiago de Chile




Bodegas Concha y Toro en Santiago












En Chile, visitado: Puerto Montt (marisco muy rico y barato), Pucón (tierra de volcanes y actividades deportivas), Santiago, Valparaíso (ciudad bohemia llena de murales y grafitis), La Serena, Pisco Elqui (en el valle de Elqui, desierto donde no existen las nubes y se pueden ver las estrellas con el cielo más despejado -recordad: hemisferio sur, es otro cielo diferente al del norte-) y San Pedro de Atacama (infinidad de paisajes en el desierto más árido del planeta, a 2440m de altitud).
Cumbre del volcán Villarica (Pucón), respirando cantidades ingentes de azufre.
En general, una sociedad muy arraigada a la religión, concretamente a la de la Iglesia católica. Cosa que no entiendo después del paso de los españoles siglos atrás. En La Serena, creo que hay un récord de iglesias por habitantes o por metros cuadrados. El caso es que cuando los españoles encontraban resistencia en los pueblos, les construían iglesias y les evangelizaban a saco paco a ver si dejaban de dar guerra -nunca mejor dicho-. También les construían las iglesias a semejanza de las que había en España, pero con otros materiales, lo que es de mérito arquitectónico (minipunto para los españoles, si es que se les puede dar alguno).
Valparaíso






Salar de Atacama
Valle de Elqui
Como anécdotas... siempre conoces muy buena gente, pero a veces te toca alguno raro, una experiencia no tan gratificante. A nosotros nos pasó en Pucón, en el hostel donde nos hospedábamos, un norteamericano se cruzó en nuestro camino, literalmente. Empezó siendo amable hablando con Eilis (no hablaba español), en conversaciones algo dilatadas en el tiempo, y acabó siendo el pesado que no te quitas de encima ni para ir a mear. Bueno, en realidad yo no lo sufrí tanto como Eilis, por una vez me alegré de no controlar el idioma. Pero largas conversaciones, a veces monólogos, te esperaban en su compañía. Al levantarte de la cama por las mañanas y abrir la puerta de tu habitación, allí estaba él. Antes de salir del hostel, allí estaba él. ¿qué vais a hacer hoy? -preguntaba él-. No lo sé -decíamos nosotros-. Pues me uno a vuestro plan -daba igual lo que dijeras-. No tenías escapatoria.
Mike se hacía llamar, Eilis ya tiene nombre para este tipo de individuos. Al que se le parezca a Mike, es decir, un poco pesado, será Mike II o Mike III, y asín sucesivamente...




sandboarding en Atacama
Desierto de Atacama

Eilis en un tercer piso de litera